miércoles, 9 de diciembre de 2015

Tengo el placer de contar para introducir la exposición las palabras del especialista en microrrelatos y profesor de literatura Basilio Pujante, os dejo la información:

                                        


“Comidillas” es una exposición que surge de un viaje de verano por el sur de Francia. A partir de hojear revistas de moda de los años 30 y 50 se gesta una necesidad en la autora, Miriam Martínez Abellán, de presentar una colección con cierto sabor francés, entendido como algo delicado, elegante e íntimo. Observando las posturas y expresiones de las modelos, todo da la sensación de continuas conversaciones entre ellas sobre diversos temas de la vida moderna. A modo de comidillas, cotilleos y sarcasmos cotidianos, cada cuadrito se va convirtiendo en una historia imaginada. El mismo título juega con el equívoco, con el doble sentido de las palabras,  que tanto gusta a la artista, ya que es un vegetariano, “El Girasol”, el marco pensado para la misma. Este título en castellano contrasta con los textos en francés que acompañan a cada pieza, dando lugar a situaciones desenfadadas que podrían parecer microrrelatos visuales, tal y como apunta en su texto Basilio Pujante Cascales:

Un vistazo. Con eso basta a veces. Una mirada para aprehender unas líneas sobre un cartón o unas manchas de tinta sobre dos páginas de papel ahuesado. En ocasiones, aunque no lo crean, es suficiente. Suficiente para tomar conciencia de un mundo que la autora ha creado sólo para nosotros, para nuestros ojos. Una mirada para entender que estamos ante unas líneas que forman un collage o ante unas manchas de tinta que se han agrupado en forma de microrrelato. Un vistazo.
Lo demás, por supuesto, viene después. Como ese zoom óptico que las cámaras digitales están comenzando a dejar obsoleto, nuestra mirada se irá acercando al collage o al relato y de su totalidad irán apareciendo los matices y la historia que, en ese primer vistazo, nuestra limitada retina no puede transmitir a nuestras neuronas.
Es así como los collages de Miriam Martínez Abellán nos cuentan, como el narrador en las minificciones, esas historias que nuestro primer vistazo sólo ha intuido. Historias que nos susurran en francés mujeres de una época pasada. Un tiempo en el que la elegancia era un valor importante, en el que la forma de ponerse el sombrero o de ceñirse el vestido podían derrumbar a los hombres más duros. Protagonizan, como los personajes de los microrrelatos, historias apenas apuntadas, cimas de un iceberg cuya profundidad debemos recorrer a ciegas. Son fábulas de sapos que se creen príncipes, de ruiseñores charlatanes o de damas que preguntan ante el espejo por la más bella del lugar. Dentro del marco, como en los márgenes de la página, todo puede ocurrir: una danza de flores, mujeres que regresan de lugares ignotos, tentaciones que acechan o niñas que pasean inocentemente.
Estas mujeres, junto a sus secretos, su desdén, sus hombres en la sombra y sus cuchicheos, son las protagonistas de las historias que Miriam Martínez Abellán nos cuenta en sus collages. Acérquense. Con un vistazo no es suficiente.


Basilio Pujante Cascales, profesor de literatura y especialista en minificción.

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